No aprobó
Por Juan Pablo Marrón
para Gambeta


Temperley se volvió a encontrar con su peor expresión, y todo ese entusiasmo, mostrado por idénticos protagonistas en el clásico, se vio desvanecido desde el golpazo sufrido ante Los Andes que se extendió hasta Munro.

El Gasolero no tuvo juego, ni fuego y desde el vamos Colegiales lo superó, aunque por las propias limitaciones del local, y su escasez ofensiva, tuvo que esperar hasta el epílogo para encontrar la ventaja y decretar la victoria. El inicio marcó sus premisas y si no hubiese sido por la canchereada de Diego Cisterna, el mejor de la cancha, el trámite para Colegiales se hubiese tornado más accesible. Medina sacó un par, y dentro del desconcepto del partido, el conjunto de Munro mostró más.

El Gasolero era un cúmulo de voluntades, que desde alguna jugada individual intentó acercarse al arco rival. Una buena de Souto, algo de Boaglio y poco de Sergio López no fue suficiente para imponerse. La ausencia de un centrodelantero volvió a ser notoria.

Los de Svampa llegaban, pero por errores infantiles en lo básico no cerraban un juego que ante el primer cambio de frente, lo encontraron a Cisterna, quien con un remate cruzado encontró a Nacho González para que el nueve, en el camino, rompa el cero.

Luego existió el control de Cole frente a un Temperley sin rumbo, ni argumentos. Inseguro abajo, desconexo en el medio, muy sólo Chietino y sin vértigo por las bandas decretó el final que se aventuraba y el Tricolor le dio la alegría final a Nicolás Apicella, que con tres minutos en cancha liquidó el pleito.

Para Temperley se ha cercado un nuevo laberinto, y ahora se le vienen rivales pesados. Con su propia identidad en riesgo y pocas respuestas acumuló una derrota más y pierde demasiado terreno.