¿Clásico?


Por Santiago Dieser




(15/02)
Esta noche se pudo ver en el Beranger a Temperley atacando y generando situaciones de peligro, y Tristán Suárez replegándose en su terreno, haciendo tiempo (Anconetani es un especialista en ello) y siendo favorecido en ciertos fallos por el árbitro del partido, Ariel ¡Suárez! (el apellido es pura coincidencia nomás).


Entonces aparecen las frases post-partido de un enojado Pagés. El pelado, muralla del fondo celeste, dijo sin guardarse nada que “un equipo que tiene el doble de presupuesto que nosotros se vino a defender”, lo cual es cierto, dicho está que el Lechero visitó al Cele con la premisa de aguantar el cero en su arco y de público conocimiento es el presupuesto con el que contaron los de Ezeiza a la hora de contratar jugadores. Hasta aquí, dos verdades de Hernán. Pero cuando remató su jugosa declaración desacertó en algo: “Ellos estaban jugando un clásico y demostraron que son un equipo chico”. Lo de equipo chico es incomprobable, nadie tiene la verdad para calificar así a un club, pero querido Pages, en lo otro te equivocaste. ¿Clásico? ¿Dijiste clásico?

Clásicos son esos partidos en los que se juegan la vida los dos conjuntos, queriendo ganar, y si ello no sale es porque los equipos se respetan demasiado, aburriendo así a la parcialidad allí presente. Nada de eso ocurrió durante el último Temperley-Tristán Suárez. El Celeste fue el único que quiso ganar y jugar, peleando cada balón como si fuera el último de la noche. En cuanto a respeto, Temperley no le temió en ningún momento a los de Ezeiza, mientras que ellos parecían estar jugando contra el Barcelona de Guardiola.

La película vista en el sur, bajo una noche fresca y de a ratos con lluvia, no fue un clásico. Fue un capítulo más de una historia que tiene a Temperley aventajando a Suárez en el historial por 5 partidos, y que sirvió para que ambos mantengan sus lugares en la tabla. Pero sirvió además para que Hilario Bravi, técnico de Suárez, sepa que jugando de esta forma el reducido le va aquedar grande (si clasifica). Y para el Cele, y que anoten los que creen que es un clásico, termina siendo un partido más del fixture, con la única ventaja de que si se jugara con público visitante, los hinchas tardarían 15 minutos en llegar.